lunes, 30 de enero de 2012

Verdes grafías

Trazos temblorosos,

letras que se miran,

no se reconocen,

se chocan y tropiezan, torpes.


Palabras muy obvias,

frases que suenan a viejo,

adjetivos en avalancha,

ideas muy tímidas o desaforadas.


Vergüenzas camufladas,

evidente inocencia,

sueños de bohemia y épocas pasadas,

un libro propio,

tus ojos leyendo mis entrañas.


El Caribe, París, Manhattan,

bares, bibliotecas, chimeneas,

humos, botellas, cristales,

calles adoquinadas, puentes,

hoteles y perdidas posadas.


Mujeres hermosas, rockeras y sabias,

amigas en los besos, lluvias que no paran,

lunas llenas que duran semanas,

amaneceres sobre el mar,

tardes naranjas de bancos de plaza.


Era todo eso y, antes de eso,

el amor a la belleza,

la sensibilidad por esas cosas pequeñas (?),

la honda felicidad que provoca

esa imagen fugaz que llega con los párpados bajos,

una oración que deja huella,

dulce renglón lanza que abre, enferma y sana.


Reconocerse humano, saberse tan sólo,

y también (tan bien) acompañado.

Es música, color, fuego,

el intelecto abrazado a la emoción.

Es la poesía salvando nuestro interior.


F.I.S.

miércoles, 26 de enero de 2011

Ala rota

Ala rota

Cuando tus alas flaquean
y ya ni siquiera consigues flamear,
cuando el esfuerzo no alcanza
y el viento te tira hacia abajo y atrás.

Abajo
y
atrás.

Contra el piso y atrás.

Allí empiezas a extrañar el nido,
en la lejanía de tu soledad,
en medio de esa preciosa libertad,
que súbitamente te incendió con hielo el paladar,
transformándose en sol que tus ojos ya no toleran mirar,
en licor que rebasó tus dos copas de más.

Añoras ahora la protección de aquellos palitos,
tu diminuto refugio,
tu rincón en el ring de este perro mundo.
Alzas los ojos en busca de la sombra del pico materno,
que traía entonces el vital alimento.

Pero las sombras traicionan,
dibujan demonios y miedos,
pajarito aferrado a una rama extraña en un bosque negro,
se sostiene, mínimo, mojado y herido;
lo sostiene el recuerdo y el deseo.

Hace de esa rama su cama y su coraza,
y al alba sobrevuela rengueando selvas de fantasmas,
pidiéndole al viento misericordia,
que vuelvan las horas del otro verano.

Y al final, regresa,
con cicatrices, cansado, quizás más sabio.
Descansará en su nido,
lavará sus heridas en la sal de su mar,
volverá a aletear en la vieja orilla,
mirará el horizonte desde la roca de ayer,
soñará un nuevo viaje,

y volará,

avanzando y alto,

otra vez.

F.I.S.


jueves, 7 de enero de 2010

Dudas

Dudas

La vida es duda,
al vivir se duda,
sólo un muerto no duda.

Duda el santo y el pecador,
el filósofo y el contador,
el asesino y el suicida.

Y yo dudo (mucho).

Dudo del que afirma sin dudar,
del que duda sin afirmar,
de las palabras que buscan convencer,
del que dice todo saber,

de que a alguien le guste de verdad la coca light,
de mucha sonrisa cordial,
del que no llora jamás,
de que haya sido penal,

de la versión oficial,
del cuento de nunca acabar,
de que los buenos vayan a ganar,
de que el mundo no vaya a explotar,

del costado positivo del dolor,
de haber hecho las cosas bien,
de que lo que hago esté mal,
de que alguna vez vaya a cambiar,
de la locura y la normalidad,

de Adán, el jardín y la manzana,
de las caras maquilladas y de las bien afeitadas,
de los tipos con gorra y uniforme azul,
del juez, de su peluca y de la ley,

de la inocencia de caperucita,
de la culpa iraquí y vietnamita,
de que mi Independiente vuelva a ser lo que fue,

de que el reloj marque un tiempo fatal,
de la oferta demasiado buena,
de las responsabilidades en cadena,
del dos, del diez, del bochazo y del diploma,

Dudo que haya consuelo para mi locura,
que nos volvamos a encontrar,
que alguna noche te pueda olvidar.

Dudo de lo poquito que sé,
de mil cosas y de eso también...


F.I.S.

miércoles, 30 de diciembre de 2009

Lobo Extraviado

Lobo Extraviado

Quizá una noche se opaque tu estrella,
quizá no haya sol que diga hasta acá,
ni erguidos faroles que indiquen la huella,
ni risas, ni acordes, silencio y frío de hospital.

Esa noche la muerte cruzará las calles
de nuestra ya sepultada ciudad.
¡No grites, no reces, no hables, no calles!
Mira esa boca pálida que jura eterna fidelidad.

Y cerrarán los bares, enjaularán toboganes.
Un cartel en su puerta dirá: "(ya) no hay lugar".
Tan lejos de tu cueva, con hambre y sin planes,
lobito extraviado, sólo queda jugar.

Le toca a la luna, no muestra sus cartas,
pero ves en sus ojos el póker triunfal.
Allá, a media cuadra, se relame la parca,
sos la gota de tinta del punto final.

F.I.S.
A Harry Haller

sábado, 3 de octubre de 2009

México

El caso es que, bueno, México es todo un disparate maravilloso
y es normal que uno se enamore de esa ciudad casi a primera vista.
Son muchas cosas.
El caso es que me marcó mucho ¡qué diablos!
Ismael Serrano, introducción a Plaza Garibaldi



México

Primer paso de mis ansias de viajero,
primeros aleteos hacia lo que vendrá.
Primer pasaporte, primeros sellos,
por primera vez tan lejos, con un mundo por andar.

Cielo de humo y lluvia de julio,
infalible y puntual.
Frenar un segundo en la Alameda Central.
Subir al sol en Teotihuacán.
El Zócalo,
Diego Rivera y su arte extra large.
La estación Balderas para mi rock yugular.
Tlatelolco desierto.
Volver a vivir aquel mundial.
Imposible enchilada.
Frenética y fascinante ciudad.

Tu nombre, Acapulco, siempre cautivará,
guarda su magia en alguna vocal,
tu bahía de noche hace olvidar
tormentas tropicales y todo lo demás.

Puro Mazunte, de verde y perfecto mar,
tan playa, tan selva,
tan hamaca que mece un tiempo
sin cifras,
de paz.

Territorio zapatista y de turismo universal,
bellísima Chiapas, indígena y multicultural.
En San Cristóbal de las Casas, qué lindo es vagar,
cerros que uno quisiera nunca tener que bajar.

Piedra humana en la cuna del jaguar,
pasado de imperio en el ahora,
que te zamarrea,
sacude tu moderna cabeza,
cuando pisas el húmedo claro
en el que una mañana floreció Palenque.

Cerquita existe un lugar

que se llama Misol Há.


No sé si volví a ver lunas que brillaran como en la Riviera Maya,
ni ojos como aquéllos, que iluminaban Cancún desde Tijuana.

F.I.S.



Cañón del Sumidero, Chiapas.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Con vos

Con vos

Cuando el rey haya caído,
y la mejor carta esté echada,
cuando el muro sea roído,
y el lobo dirija la majada.

Cuando las nubes lloren su rabia,
y la carne sucumba ante el dolor,
cuando el bosque se quede sin savia,
y el ciego no imagine el color.

Quiero tenerte a mi lado,
a donde sea que vaya,
serás el buque añorado
que me devolverá a la playa.

Cuando un salto murguero quiebre el paso marcial,
y la vieja muerte sea burlada,
cuando las cicatrices sean de lapiz labial,
y compartan deseos mi genio y tu hada.

Al instalarse en mi casa la dicha,
quiero que estés junto a mí,
para mezclar nuestras fichas
y jugar a ser feliz.


F.I.S.

jueves, 30 de julio de 2009

Vuelo al sol


Atardecer de abril en Pacific Beach, playa de San Diego, California (el botón de la máquina de fotos lo apretó el dedo índice de mi amigo Pepón -gracias Peponis- y el pedacito de cabeza que casi casi arruina el super cielo me parece que es mío).